El príncipe Paul-Philippe, condenado en 2020 por corrupción y blanqueo de capitales, fue detenido nuevamente en París. Las autoridades rumanas buscan su extradición para que cumpla una pena de tres años y cuatro meses de prisión. Anteriormente, intentos de extradición desde Francia y Malta fracasaron por preocupaciones sobre sus derechos fundamentales. El caso involucra la apropiación ilegal de propiedades estatales valoradas en 145 millones de euros.
